Sal con una chica que lee.



Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Por Rosemarie Urquico.

sábado, 29 de marzo de 2014

Inventario de las certezas.

No son muchas las certezas que tengo

Sé que la vida bulle y equilibra el vacío
Sé que  en el pecho crecen puñales y arrullos en pugna 
                                                                   [inexorable

Sé que lo abierto se abre Que lo claro clarea
Sé que el destino se enmascara para burlarse de nosotros
Sé que la vecina tiene un gato y yo un perro
        y que entre todos funciona la dialéctica
Sé que el amor existe y que no dura
        a menos que se nutra de ausencias
Sé que la razón de vivir es luchar
Que la razón de luchar es vivir
        y el resto es un misterio

Sé que no son muchas las certezas que tengo


Gustavo Pereira.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Cartas a

Qué ganas tengo de tenerte a mi lado, de acariciarte, de hablarte, de saber que existes, porque ya no sé cómo eres, cómo besas, cómo es tu voz; sólo sé un montón de cosas de los dos, pero todo me parece un cuento, no sé en dónde estás, quiero saberlo, quiero tocarte; vamos a empezar a querernos, nos vamos a conocer ahora, antes no existíamos, todo esto es un lío tremendo, sólo sé que me faltas, que me estás matando.

Cartas a Chepita.
Jaime Sabines.

sábado, 15 de marzo de 2014

Ser feliz

Y sí, digo que me parecería de lo más bonito del mundo tomarnos de la mano y besarnos frente a los demás.
Y comer fresas con crema de tu boca o de tus piernas en mi casa de campo mientras preparo chocolate caliente y tú enciendes la calefacción. 
Y estar cada noche en la azotea viendo constelaciones mientras te hago dibujos en la espalda de las mismas.
Y decirte que me encantaría pasar horas dando vueltas en la cama mirándote y jugando contigo a que somos gatos que no quieren dormirse y quieren jugar hasta que se vaya la luna.
Y quisiera despertar todos los días viéndote despertar. 
Hacerte el desayuno, el amor. 
Compartirte mi vida. 
Decir que no hay peor ciego que el que no te quiera ver, y que la verdad el mundo sería bastante aburrido sin tu existencia. 
Y que me ha gustado un montón haberte encontrado. 
Y que sólo me sentiría perdido si te suelto de la cintura cuando bailemos.
Que sólo en tus labios es que puedo calmar mi sed de verdad, y en tus ojos es que puedo disfrutar de un próspero amanecer.
Que con nuestros cuerpos rozados uno al otro mi corazón da latidos de fuego artificial.
Que la vida sin ti es un desperdicio, y que no me importa el tiempo que tenga que pasar esperándote por que te vistas a la hora de salir. 
Que no me importaría llegar tarde al trabajo si cada mañana despertamos, te hago el café comemos y hacemos el amor antes de despedirnos.
Que sonreír es mucho más bonito cuando lo hago porque lo haces tú.
Que me encantas con pijama, sin pijama, con lo que sea. 
Que eres tan bella que no dejas que nadie más para mí lo sea.
Corretear por la cocina desnudos por estar jugando a las escondidas, aparecerme en la ducha cuando tu lo estás, abrazarte y besarte haciéndote saber que eres la mejor persona del mundo 


y que ser feliz es sinónimo de estar contigo.


J. Porcupine, La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Cuando ocurra.

Cuando lo supere, cuando lo acepte, cuando eso oscuro que se ha posado en mi hombro vuele hasta el horizonte, posiblemente lo notaras, lo sentirás desde el mas allá, mas allá de la distancia y los olvidos. 
Pero posiblemente no me veras, dejaras de sentirme, de percibirme. Habré cambiado y ya no seré.
Ya no seré porque entender eso, aceptar eso, me haría dejar de ser, me traicionaría, me transformaría en piedra.
Dejaría de escribir poemas, dejaría de mirar trinitarias y el cielo seria morado, como todas las noches estos últimos días.

Mientras tanto y hasta que eso ocurra, yo sigo viendo trinitarias, recordando tu sonrisa y llevando tu olor conmigo.
Extrañándote cada noche y cada mañana.
Y peor aun convenciéndome a mi misma que no soy capaz de soñar cosas tan bonitas.

lunes, 3 de marzo de 2014

Algunas personas son inestables
                                                       incontenibles
                          incomprensibles
                                                                                                          inconfesables
                                                  indefendibles 

inolvidables,                                                al fin y
                                                                        al cabo.

Garabato robado.

Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.

Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.


Idea Vilariño