Sal con una chica que lee.



Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Por Rosemarie Urquico.

jueves, 22 de marzo de 2012

Sin Nombre.

En el devenir de las ideas
y el compás de las tareas
me dispongo libremente
a jugar con todas ellas.

No en vano me levanto
si de repente me planto
no vaya a ser indiferente
me despierte un sobresalto.

Entre la noche y el día
entretejo sueño y ensueño
para enseñarme que en la vida
todo esta libre de dueños.
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Haz de ti cada día
una gran obra de arte
liberado de las medidas
liberado de los rivales.

En el océano de la vida
no existen puntos y aparte
solo el fluir constante
de lo que esta en todas partes.

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Poemas sin nombre de un lindo amigo de mi universidad que me dio permiso para compartirlos con ustedes. Disfruten.

Gracias Jesus Rijos

miércoles, 21 de marzo de 2012

Corre, huye, aléjate.


No te acerques más. No des tiempo para que ellos te alcancen. Corre, como si la vida se te fuera en eso, porque en parte es así. Huye, porque nada bueno saldrá de esto. Aléjate de esa gente.

Ellos con sus caretas y tú con la tuya. El momento en que te sentías protegida ya paso. Y las caretas cayeron.

Indefensa. Pobre de ti. Los lobos sobre el cordero. Pero basta ya. Deja de compadecerte. Pensé que al principio eras un lobo también ¿Qué ha pasado?

Estabas cómoda, eso fue lo que paso. La vida siguió adelante y tu allí sentada. Ese es tu problema: confías demasiado en los demás. No debería ser así, a menos claro que te guste lo que pasa ahora.

Toma tu tomate, diría un amigo mío. Y aunque aun nada haya pasado, tu lo sabes, nada bueno te depara. Así que huye, corre, es el mejor consejo que te puedo dar.

Quizás los que huyen no sean bien vistos por los demás, ¿Pero que importa? Hablamos aquí de tu felicidad y con eso no se juega como lo has hecho tú.



Cavilaciones como esta solo ocurren  a las cuatro de la mañana.

domingo, 18 de marzo de 2012

jueves, 8 de marzo de 2012

Feliz Día de la Mujer... De la Mujer que lee.

Esta es una de esas cosas que uno encuentra por meras casualidades de la vida. Una de esas cosas que hace que tu corazon se ensanche de plena felicidad. Una de esas cosas que te da ánimos y fuerzas. Una de esas cosas que hay que celebrar.

Una de esas cosas que a ti, mi querida lectora, te robara una sonrisa igual que a mi hace algún tiempo.

A ti, mujer... mujer lectora: Feliz día.

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Sal con una chica que lee.

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.


Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.


Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de
Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.


Por lo menos tiene que intentarlo.


Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.


Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.


¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga
Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.


Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.


Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos
The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.


O mejor aún, a una que escriba. 

miércoles, 7 de marzo de 2012

Ele Jota no sabe lo que quiere.

Ele Jota esta confundida, muy confundida. Realmente no sabe lo que quiere. Y ahora comprende eso de que el amor es complicado.

Ele Jota no esta enamorada. No, no, no. Solo esta confundida. ¿Pero como no va a estar confundida si hay dos hombres tras de ella? Los dos son perfectos para ella, en teoría, claro esta.

Y es algo extraño, nuevo e interesante para Ele Jota. Los dos combinados en uno serian la cosa mas maravillosa. Uno complementa al otro, y ella es feliz al compartir con los dos.

Pero realmente no sabe que pensar ni que hacer. 

Ele Jota aun no sabe lo que quiere.


domingo, 4 de marzo de 2012

Tu media pera.


Basta ya de las medias naranjas, eso ya pasó, ya fue, ya expiro, puff.

A decir verdad, no odio las naranjas y no tengo nada contra los cítricos, pero estoy harta de escuchar las peripecias de la gente al tratar de encontrar esa media naranja de la que todos hablan.

¿Acaso soy la única persona cuerda en este mundo que no anda buscando una media naranja sino una pera?

Si, una pera. Esas deliciosas frutas de forma extraña y verdosa, con textura suave y que se desintegra en tu boca.

La pera, que aporta no se cuantos nutrientes, que quizá no tiene tanta vitamina C pero igual es buena. La pera con su forma rara que no termina de ser ni un durazno ni una manzana.

La pera que simplemente por ser diferente es perfecta.

Dejen de buscar esa media naranja que por lo general esta, o demasiado madura y ya todos los mosquitos la han probado o demasiado verde que cuando la comes parece un limón.

Búsquense una pera mejor, siempre estará sabrosita.