Sadako Sasaki fue una japonesa que con tan solo dos años de edad vivió la tristeza de ver a su pueblo desolado tras la explosión de la bomba en Hiroshima. Para 1945 vivía cerca del puente Hisasa, al momento de la explosión se encontraba en su casa, a tan solo 1,5 Kilómetros de la zona cero.
Sadako creció sin ningún problema, se convirtió en una joven atlética, hasta que durante un maratón se desmayo. Fue llevada al hospital de inmediato y diagnosticada con Leucemia.
Mientras se encontraba hospitalizada una amiga, Chizuco Hamamoto, le recordó la leyenda de la mil grullas de papel, y el deseo que podía pedir si completaba la misión. Le entrego así, una grulla que había realizado con papel dorado.
Sadako paso días en la tarea de hacer estas pequeñas grullas con la intención de que su deseo de curarse fuera concedido. Y aunque su voluntad no flaqueaba, cada vez era mas difícil conseguir papel para tan ardua misión.
Un día conoció a un niño que sufría de Leucemia al igual que ella provocado por la radiación de la bomba atómica Trato de convencerlo para que hiciera lo mismo que ella y pudiera pedir su deseo, el solo respondió que sabia que moriría el día siguiente.
El niño falleció esa misma noche. Y asi Sadako pensó que no seria justo desear la curación solo para ella, y pidió que todo el esfuerzo que haría para completar las mil grullas fuera valido para todas las victimas del mundo y que trajera paz a la humanidad.
Con el pasar de los meses su colección de grullas iba aumentando. Se las arreglo para crear 644 grullas con papel, cajas de pastillas, etiquetas, envolturas de caramelos, etc.
El 25 de Octubre de 1955, Sadako murió con apenas 12 años de edad, había permanecido en el hospital por mas de 14 meses. No había completado las mil grullas de papel.
Sus compañeros de escuela, consternados por la perdida, hicieron publica la historia de Sadako para honrar su memoria. La historia tuvo un gran impacto social, tanto así que el día de su funeral Sadako fue enterrada con sus 644 grullas de papel, pero mas de 10 mil grullas de colores enviadas por niños de todas partes de Japón adornaron su lapida.
En 1958 una estatua fue construida en el Parque de la Paz de Hiroshima, en honor a Sadako y su constancia. La estatua representa a Sadako sosteniendo una gran grulla dorada. En la base un escrito reza:
"Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria; Paz en el mundo"
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