Cuando lo supere, cuando lo acepte, cuando eso oscuro que se
ha posado en mi hombro vuele hasta el horizonte, posiblemente lo notaras, lo sentirás
desde el mas allá, mas allá de la distancia y los olvidos.
Pero posiblemente no
me veras, dejaras de sentirme, de percibirme. Habré cambiado y ya no seré.
Ya no seré porque entender eso, aceptar eso, me haría dejar
de ser, me traicionaría, me transformaría en piedra.
Dejaría de escribir poemas, dejaría de mirar trinitarias y el
cielo seria morado, como todas las noches estos últimos días.
Mientras tanto y hasta que eso ocurra, yo sigo viendo
trinitarias, recordando tu sonrisa y llevando tu olor conmigo.
Extrañándote cada noche y cada mañana.
Y peor aun convenciéndome a mi misma que no soy capaz de
soñar cosas tan bonitas.
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