Soy muy divertida cuando entiendo cosas que antes no procesaba.
Es como si me quedara deslumbrada. Como si algo tan obvio viniera, me pegara en la cara y la expresión de asombro se me colgara como careta.
Realmente soy muy divertida, mucho.
Eso de vez en cuando hace que las buenas experiencias se conviertan en maravillosas.
Resulta divertido que no entienda las cosas de una forma normal. Y no es que no entienda lo que pasa, eso siempre lo entiendo, lo que pasa es que yo siempre tergiverso los porqués.
Y claro esta, en vez de ver de frente y entender la realidad, cuando la descubro (o hacen que la descubra) mi cara se torna divertida.
Lenta, dirán algunos. Yo digo en vez, divertida.
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