Sobran los recuerdos de sitios, lugares, arboles y flores.
Mesas, sillas, barandas, balcones, ventanas, hojas secas, trinitarias, barro.
Lluvia.
Escaleras, muchas escaleras.
Y sonrisas.
Son buenos recuerdos. Llevo una gran cantidad en el bolsillo.
La ultima vez que camine por el bulevar me encargue de botar la bolsa en la que cargaba los malos. Ya empezaba a apestar la habitación.
Son eso, recuerdos.
Pasado; nada modificables.
Pero hermosos al fin y al cabo.
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