Sal con una chica que lee.



Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Por Rosemarie Urquico.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Bomba.

Hoy hablaba con un amigo, mi mejor amigo, mi conciencia, sobre lo difícil que era esta situación ahora.

Pensábamos si alguna vez nos habíamos encontrado en una vaina así. Yo nunca antes, quizá por eso me parece un dolor interminable. Él en cambio, a pesar de no tener idea, creo que era capaz de armar una.

Me dijo que me había comportado excelente, por lo menos las ultimas veces, que la primera la había puesto de una forma malintensa pero las ultimas dos de cierta forma estuvieron mejor. ¡Felicidades para mi! Ya se ahora como comportarme. #Lie

Sinceramente, me sentí como un cachorro al que le acaricias la panza luego de buscar la pelota.

Y de pronto... Exploté.

Esa manía mía de explotar de repente.

Pareciera que todo lo que me pasa es de repente. De repente estoy bien, de repente decido algo y lo mantengo. ¡Ah! pero de repente... siempre de repente. Creo que destiempo se queda corto.

Me dijo: "Tienes otras mil cosas por las que sonreír".

Esa frase la escuche mucho esa noche.

!Exacto¡ ¿Qué comen que adivinan?

Si, lamentablemente no solo explote con él. Fue una noche de explosiones por aquí, allá y acullá. Menos mal me quede sin explosivos y estaba tan agotada a las 10 de la noche, que, luego de muchísimo tiempo, fui directo a mi cama.

A mi cama, a dormir, a soñar, a tener pesadillas o que se yo.

Mañana sera otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario